La escalera de caracol de #lasonambula La Sra. Úrsula.
En el segundo piso la casa tiene más metros que la de abajo. Tiene también dos habitaciones y un solo baño igual de antiguo pero con los azulejos pintados de verde descolorido, pero aunque en la cocina y el salón la decoración es de la misma época, son mucho más grandes que los del piso de abajo, no hay comparación, y éste hasta tiene un pequeño balcón, pero nunca se usa.
Esta casa se ventila poco, es oscura pues nunca se suben las persianas y hasta parece lóbrega por el olor a rancio que emana de los muebles y el propio olor de su propietaria. Aquí vive sola la viuda, la dueña del peculiar inmueble, la Sra. Úrsula. No es santo de la devoción de ninguno de ellos, los caseros tienen colgado siempre ese sambenito, pero en este caso la maldad precede al dicho. Es la típica vieja cascarrabias que hagas lo que hagas, siempre le sabe mal, nunca aciertas; si lo haces es porque lo haces y si no lo haces es porque has dejado de hacerlo, con esta bruja nunca aciertas.
Está encorvada, quien la viera por primera vez podría pensar perfectamente que es jorobada, pero no es chepa, es que ya anda hacia adelante por la edad y se apoya en un bastón, como si siempre estuviera a punto de caerse, como su edificio. Y además es muy, pero que muy codiciosa, jamás desde que vino a vivir aquí cuando se casó ha hecho ni una reforma en ninguna casa, ni siquiera en la suya propia, y poder os aseguro que puede.
Está viuda y vive sola desde hace muchos años, quizás su marido se quitó de enmedio él mismo por quitársela a ella de encima, por no aguantarla o por no matarla, nunca lo sabremos. La mujer ya era mala de joven y parece que con los años no ha ganado nada en caridad cristiana. Solo tiene un hijo, Carlos, y tal vez su venida al mundo fue por pura casualidad, porque no me imagino que alguna vez en su vida nadie tuviera ganas de meterse en la cama con semejante bicho.
Su hijo viene a visitarla muy poco y solamente cuando necesita dinero, cosa que aborrece su madre que sin lugar a dudas preferiría no tenerlo nunca en casa, se ve que el amor de madre también es una de las virtudes de las que carece la buena señora.
Fragmento de "La escalera de caracol"
🖤🖤🖤 de @_lasonambula
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