Celta
Uno de mis antepasados viajaba en el primer drakkar que llegó a las costas inglesas en 793, y otro más se adentró a cruzar el vasto océano, hasta las costas del continente americano, alrededor del año 1000.
Si esta historia no me hubiese pasado a mí, diría que es inventada...
Es conocido por todos que nuestros grupos de asalto, poseían la extraordinaria habilidad de evitar pérdidas en sus incursiones.
Tuve la suerte al ser mujer, de nacer en el seno de una familia celta.
Teníamos derecho a divorciarnos. Si nuestro marido fallecía éramos sus legítimas herederas. Las leyes nos protegían frente a los abusos de los hombres, además, si nuestros maridos estaban fuera, éramos las máximas responsables de las familias y las granjas. Se nos adiestraba en la lucha y éramos las transmisoras de tradiciones y creencias.
Las aguas del deshielo del fiordo habían provocado el surgimiento de un sinfín de riachuelos, que bajaban desbocados hacia el mar. Me sorprendí observando el suelo. La hierba crecía sin control y su color, alcanzaba un verde hiriente cuando la iluminaban los primeros rayos de sol de la primavera. No quitaba la vista de mis pies mientras bajaba el sendero del arroyo.
Mi tarea de esa jornada era recoger hojas frescas de menta, verbena y muérdago, que después utilizaría para mis remedios por sus efectos afrodisíacos, diuréticos y sedantes.
Iba guardándolos en mi bolsa de piel.
El graznido de un cuervo, inusual a aquella hora del día, llamó mi atención. Le busqué y nuestras miradas se encontraron. Alzó el vuelo cómo guiando mi camino. Soy de naturaleza curiosa así que le seguí.
No tardamos en adentrarnos en el bosque. Los tiernos abedules dieron paso a robustos robles, que pronto apagaron la luz del sol.
El cuervo, guiando mi paso, levantaba el vuelo y se posaba, cerciorandose así de que le seguía.
Perdí la noción del tiempo, todo en el bosque era paz. El murmullo de las hojas movidas por el viento, el piar de los pajarillos y como no, el rumor del agua.
Hallé en el suelo algo extraño, una gema azul de gran belleza que nunca antes había admirado. La guardé también en mi bolsa.
Oí entonces el crepitar de un fuego, estaba cerca, podía sentir su olor en el aire.
Como mi nuevo amigo me indicó, seguí adelante. Hallé de inmediato la hoguera, no era grande, estaba cuidadosamente resguardada con una hilera de grandes piedras. De quién sería?.
Busqué con la mirada, y no muy lejos encontré la respuesta. Una anciana vestida con harapos, salía de una destartalada cabaña. Y a paso lento, accarreaba un montón de leña.
Me apresuré a ayudarla, y en el momento de coger el peso para aliviarla, levantó la barbilla. Sus nacarados ojos se posaron en mí como si realmente me viera.
Con una leve inclinación de cabeza me dio las gracias, con su huesuda mano me indicó un lugar junto al fuego. Quería que la acompañara.
No pronunciaba palabras pero se metía en mi mente. Me hablaba con una locuacidad, impensable para una lengua humana. Junto al fuego, el cuervo, mi amigo, quedó a su derecha.
Me ofreció un caldo caliente en una abollada jarra de metal que, reconfortante y alucinógeno, logró hacerme entrar en calor.
Sentí en mi mente un mudo mensaje.
-Mira el fuego, me decía.
El danzar hipnótico de las llamas, hizo creo yo, junto al singular brebaje, que entrase en trance.
De aquel fuego saltó una bestia, una bella águila extendía sus alas y elevaba majestuosa el vuelo.
Escuché mi mente para comprender...
“Esa es tu fuerza, ese es tu poder. Hoy te han sido entregadas dos posesiones. Ambas fueron tuyas en vidas pasadas. De tu Tótem asimila su fuerza, su guía y su vista. Y con la bella gema trabaja tu intuición. Naciste de estirpe ancestral y tienes una misión que cumplir. Sigue tu camino, estudia las tradiciones, y cuando estés preparada, vuelve.”
Comprendí entonces, al final de aquel sendero, que Odín me enseñaba el principio de mi camino...
💜💜💜
Me encantaría que formases parte de mi caos. Me sigues?
YouTube La Sonambula
Tumblr lasonambulablog
Pinterest @la_sonambula
TikTok @_lasonambula
Wattpad @LaSonambula
Comentarios
Publicar un comentario